20 Mar
20Mar

1- RECUERDOS. Llená su vida de recuerdos de momentos plenos, felices, de tiempo de calidad. Festejos, sorpresas, tiempo en calma, escondidas, tiempos compartidos en familia y con amigos. 

2- TIEMPO: De calidad. Dedicar tiempo y presencia consciente es lo más valioso que podemos darle a nuestros hijos. Apagar el celular, dejarlo de lado, y prestar atención plena. No sólo le hace bien a tu hijo/a sino también a vos. Observar su risa, su mirada, su suspiro, su mirada al cielo, su cara de inocencia. Son momentos que se van, y no vuelven. Tomemos consciencia de lo afortunados que somos. 

3- Caminatas en la naturaleza: Explorar, caminar, charlar. No necesitan mucho más. El día puede mejorar mucho para toda la familia con tal de salir de casa y respirar aire, tomar sol y descansar a la sombra. 

4- Cocinar juntos: es tiempo compartido de c a l i d a d. Cocinar para nosotros (lo que sea) es también una forma de darnos amor a nosotros mismos. Más allá de todo lo que se trabaja en la cocina: motricidad, la paciencia, lidiar con la frustración, razonamientos, etc. es una acto de amor.

5- Planes en familia: Transformar un acto cotidiano como mirar una peli, leer cuentos en el piso con almohadones, comer algo rico, que todo sea un plan. Que lo puedan preparar juntos, que haya expectativa, y que puedan divertirse juntos en un plan para todos. Por ejemplo, noche de película en familia: planificar, elegir la película, preparar algo rico, y preparar la escena: almohadones en el piso, todos juntos en la cama. Lo que les genere bienestar y diversión.

Espero que esto te sume, a mi me hizo muy bien escribirlo. Este blog no pretende predicar el “hay que”, “tenemos que”, ni señalar con el dedo, sino reflexionar, repensar hábitos, y a veces actuar como recordatorio.

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